Gibalbin imponente


Ayer fué un día de esos de gran incertidumbre, comenzamos el jueves pensando en volar el domingo con viento de poniente en Vejer, una pequeña ventana mientras rolaba de unas 2 horas sería la única alternativa, el viernes se fastidiaba la predicción y nos quedaríamos de nuevo sin volar y ya van 4 meses de mal tiempo, predicción de lluvia, el sábado vuelve a cambiar y nos colocan viento de levante suave, lo cual nos lleva a pensar en Gibalbin, yo pensaba ir y volaré o no volaré, pero me paso el día al aire libre que ya tengo ganas, se lo comento a David y a Carlos.
David se raja y se lo pierde.

Carlos y yo, nos vamos el domingo por la mañana a probar suerte, poca confianza, por el camino no se aprecia viento, de cualquier forma decidí llevar variedad de formas de vuelo dependiendo de la intensidad que nos pudiéramos encontrar.

Llegamos a la cima, y sorpresa, sopla este y fuerte, carlos saca el vector, yo saco el miraj, unos vuelos y me paso al Tempus, así disfrutando un buen rato, muy pocas turbulencias, muy laminar y muy agradable, a medida que pasa el día va calentando y aflojando el viento como estaba previsto.

Seguimos volando con cada vez menos viento, de todas formas, ya hemos disfrutado de un buen día, se detiene el viento y seguimos volando, es la segunda vez que Carlos y yo experimentamos esto, nada de viento y los trastos en el aire, de vez en cuando entraban térmicas en la ladera y subíamos, al final, los dos terminamos con los aviones abajo, así que paseíto a por ellos.
De gastronomía, alitas de pollo y cerveza, que bien.

Durante la tarde, calor y más calor, Eva y Aurora en mangas de camisa, que raro.

En resumen, el primer día de la temporada de vuelo nos sorprendió y ofreció una calidad difícil de mejorar.

Fotos pocas, afotar y volar son incompatibles.
Una muestra de mi miraj y el tempus esperando para salir, Carlos volando y su vector a puntito de tomar tierra